lunes, 29 de diciembre de 2008

Desconchando pintura a altas horas de la noche...




y arranco la costra de mi piel

la herida de mi ser, como

si fuese una

de las capas de una cebolla


y busco, rasgando el hueso de ese fruto,

el tintineo de las agujas

de una brújula de sueños rotos


y aún, a estas alturas, sigo creyendo

que algún día de estos

podré estar en uno de esos amaneceres que cuelgan

de la pared


y no sé qué hay que hacer

si cuando a veces "dejarte llevar" puede

o no significar ser uno mismo